No todos los viajes son alegres, algunos son tristes, emotivos y hasta dolorosos.
Auschwitz fue el más grande campo de concentración y muerte Alemán de la época Nazi.
Entre los años 1940 y 1945 los nazis deportaron al menos 1.300.000 personas hacia Auschwitz, entre ellos 1.100.000 judíos, 150.000 polacos, 23.000 gitanos, 15.000 prisioneros de guerra soviéticos y 25.000
Cuando tome la decisión de viajar a Polonia, lo hice sabiendo que me iba a encontrar con una cruda realidad de nuestra historia, pues bien mis aprensiones se vieron sobrepasadas con creces, fue muy doloroso y nada me podrá explicar lo inexplicable.
El viaje desde Cracovia
Para visitar los campos de concentración se puede hacer en tour organizados desde Cracovia, pero yo tome la decisión de ir por libre, así es que me embarque en un tren hacia la ciudad de Oswiecim. El trayecto fue de no más de una hora, pero mientras avanzaba se me venían a la cabeza lo que podrían haber sentido los prisioneros de la época nazi apretados en una inhumana forma en esos trenes para transporte de animales. Durante el recorrido a través de una espesa neblina sentía una extraña sensación de solo imaginarme de lo que vería. Una vez en la estación tome un taxi hacia el campo de concentración.
Llegando a Auschwitz
Llegar a la primera etapa del recorrido uno pasa al centro de informaciones donde puede rentar los audioguias, realmente lo recomiendo ya que son de gran ayuda para conocer en detalle los distintos lugares por donde uno va pasando, la entrada es gratuita, por ende recomiendo tomar un de los guías en tu idioma a elección. Ya al cruzar la primera reja uno ve la inscripción “Arbeit macht frei” que quiere decir el trabajo libera. Y se puede apreciar que intentar escapar era imposible por la cantidad de rejas eléctricas y puntos de vigilancia. Tambien se puede ver las dependencias del campo.
Un museo del dolor
En el museo es posible ver impactantes fotografías y gigantografias de la época en las que se ve muchas de las atrocidades que se vivió. También se muestran algunos de los utensilios personales requisados a los prisioneros como por ejemplo, maletas, lentes, ropa, etc. También se visitan los lugares que usaban como dormitorios, baños y se exponen algunos típicos “pijamas a rayas”.
Paredón de fusilamiento
Uno de los puntos que se presenta con gran emotividad es el paredón de fusilamiento, es en este lugar donde se explica las medidas tomadas por los nazis para evitar afectar la moral de otros presos.
Hornos
La última etapa en el recorrido sin dudas es la más emotiva o dolorosa y vi a personas en el mismo tour que estaban tan afectados que se retiraron del lugar algunos a llorar y otros simplemente a meditar solos. Me refiero a los hornos o crematorios donde eliminaban a los presos y posteriormente hacían desaparecer todo vestigio quemando los cuerpos.
Birkenau
El traslado a la segunda parada de este difícil y emotivo día fue nuevamente en taxi para llegar a Birkenau. Este campo de concentración muy cercano a Auschwitz es tan o más impactante ya que de la misma forma que en el primero se exponen gigantografias en diferentes sectores y se puede apreciar el ayer en blanco y negro y el hoy directamente al lado. Este campo cuenta con una línea de tren directa, lo que hacía más fácil el traslado de los prisioneros. También está en exposición un carro de transporte de los prisioneros a un costado de una torre de vigilancia.
Monumento a los caídos y ruinas de los hornos en Birkenau
Hace algunos años se levantó un monumento a los caídos en ambos campos de concentración con numerosas placas conmemorativas en los distintos idiomas de los fallecidos. Junto a esto se encuentra las ruinas de lo que se cree eran los hornos.
Dependencias en Birkenau
Lo último que he visitado fue las diferentes dependencias y no me deja de conmover cada vez que veo las fotos de los dormitorios, los baños y las piezas de castigo o aislamiento.
Sin duda este viaje me ha permitido darme cuenta de lo frágil que somos como civilización y los puntos a los cuales puede llegar el hombre. Sin entender las motivaciones que pudo haber tenido el gobierno alemán (por así decirlo), la cantidad de muertos que solo en estos campos de concentración supero el millón de muertos, no me hace llegar a ninguna conclusión. Lo único que sé es que este viaje fue extremadamente emotivo y doloroso, que a pesar de lo anterior permitió crecer como persona.